-Tienes el pelo malo-
Una de las frases destructivas socialmente más aceptadas y normalizadas durante largas décadas sobre el cabello afro rizado. Un oleaje de críticas que se convierte en una marea turbia de inseguridades cuando esa corta, pero poderosa oración, se apropia de cada uno de los cabellos de una melena afrodescendiente, que pasa de ser un señalamiento discriminatorio a una afirmación autodestructiva:
– Tengo el pelo malo-, pero acaso, ¿qué es lo bueno? Dichosas aquellas que encontraron la luz y aceptaron la oscuridad de su voluminoso pelo prieto: bello, irreverente y “malo”.
Así hemos ido creciendo, en medio de estándares de belleza que aceptan y validan raíces lacias, cabellos largos y de tonos “estéticamente brillantes”, tal como en una publicidad de algún famoso producto capilar: siempre rubias o pelinegras cual azabache. Es entonces donde es posible analizar el rol que juegan los medios de comunicación masiva y el nuevo papel de las redes sociales con sus propios estereotipos y conceptos de lo que es bello y lo que no.
Sin embargo, en los últimos años, una nueva tendencia de supuesta “inclusión”, personifica cabellos afros cuyos rizos son particularmente perfectos, siempre intactos y bien definidos, casi irreales. Todo logrado con productos únicos, especializados y específicamente diseñados para pelos “malos”, perdón, cabellos afro rizados; y, aunque espero que el sarcasmo sea claro, esa inclusión de la que ahora se vanaglorian los medios, al final siempre representa una estrategia de marketing disfrazada a través de una falsa voluntad de inclusión selectiva.
De excluidos y discriminados, a ser parte de la moda actual, cabellos rizados alagados y admirados, pero que nadie hable sobre esas texturas de rizos “imperfectos” rebeldes y con friz: cabellos que siguen siendo invisibilizados e invalidados, irrespetados y excluidos, incluso, por sector comercial de la belleza.
El cabello afro rizado es un símbolo de identidad: Trenzado https://laprieta.org/trenzando-historias/, recogido o libre al viento, definido o al natural. Hoy, un referente de empoderamiento que ganó la batalla campal contra los químicos, planchas y demás métodos de alisado. Las nuevas narrativas sobre el cabello y sus estándares de belleza, sin importar su tipo, origen o estilo, del 1 al 4d, depende de cómo a partir de la propia aceptación, respeto y tolerancia para con el otro, étnicamente diferente o no, empecemos a transformar esos estigmas de lo que realmente es belleza desde las más pequeñas generaciones, no solo mediante el uso adecuado de la palabra, sino también a través acciones que reivindiquen el pasado del pelo malo.